La Cueva de las Calaveras es una fascinante cavidad natural situada en la ladera norte del monte Seguili, en el municipio de Benidoleig, provincia de Alicante. Con una longitud de aproximadamente 440 metros, esta cueva destaca por su valor geológico, arqueológico y por las leyendas que la rodean, siendo uno de los enclaves más singulares de la Comunidad Valenciana.
Formada hace unos 150 millones de años en calizas del Cretácico Inferior, la cueva ha sido testigo de la presencia humana desde hace más de 50.000 años. En su interior se han hallado restos fósiles de animales como caballos, conejos y un diente de rinoceronte, así como herramientas de sílex del Paleolítico Medio y Superior. En 1768, una expedición descubrió los restos óseos de doce personas, posiblemente agricultores musulmanes atrapados mientras buscaban agua, lo que dio origen al nombre "Cueva de las Calaveras". Además, la cueva ha sido utilizada como santuario en época ibero-romana y como almacén de explosivos durante la Guerra Civil Española.
El recorrido habilitado para visitantes permite apreciar impresionantes formaciones de estalactitas y estalagmitas, así como grandes cúpulas que alcanzan hasta 50 metros de altura. Uno de los puntos más destacados es la estalactita conocida como "La Campana", que emite un sonido peculiar al ser golpeada. Al final del trayecto se encuentra el Toll Blau, un lago subterráneo que en tiempos árabes se intentó utilizar para el riego agrícola.
La visita es apta para todo tipo de público, incluyendo familias con niños y personas con movilidad reducida, ya que el camino está acondicionado con pasarelas y buena iluminación. Además, en el exterior se dispone de servicios como cafetería, parque infantil, zona de picnic y aparcamiento.
Se recomienda confirmar horarios y tarifas con el lugar directamente, ya que podrían sufrir cambios.
Visitar la Cueva de las Calaveras es una oportunidad única para adentrarse en la historia y la geología de la región, disfrutando de un entorno natural impresionante y descubriendo las leyendas que envuelven este enclave milenario.
Fotografías por: Wikimedia Commons
No es obligatorio, pero se recomienda especialmente en temporada alta para evitar esperas.
Sí, el recorrido está acondicionado con pasarelas y es accesible para sillas de ruedas y carritos de bebé.
Sí, se permite la fotografía sin flash para preservar las formaciones naturales.
Sí, en el exterior hay una cafetería, parque infantil, zona de picnic y aparcamiento.
La temperatura se mantiene constante entre 18 y 19 grados Celsius durante todo el año.
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